Hace un par de viernes llegó a mis manos un Galaxy SII i9100 gracias al puntual domicilio de la empresa que me lo vendió a través de Mercadolibre. Salvo por el momento en el que el empleado dejó caer el teléfono al piso cuando iba a mostrármelo (haciéndole un par de rasguñitos en el armazón), la transacción fue pura felicidad.
Ese mismo día el iPhone cumplió 5 años de salir al mercado, el único teléfono inteligente con el que había tenido contacto hasta entonces. Me habría gustado seguir como usuaria de iOS, pero aún así siento que compré el mejor teléfono que podía conseguir a un precio no tan elevado. El iPhone sigue siendo caro para el «modo ahorro» en el que me encuentro.
Lo primero que hice fue actualizar el sistema operativo, porque tenía el prehistórico Ginger Bread 2.3. Con el software de Samsung -Kies- fue imposible (primera diferencia con un iPhone), así que tuve que hacerlo con Odin3. Busqué varios tutoriales (el mejor que encontré es éste para el firmware y éste para el ClockworkMod Recovery) y aunque muchos comentarios de usuarios insatisfechos me hicieron dudar, me arriesgué y le metí el garfio de pirata al aparatico.
Así que, mientras sale una versión un poco más confiable que la Alpha de Jelly Bean, mi Galaxy funciona con la versión Android 4.0.03 Ice Cream Sandwich.
iPhone vs. Android (Galaxy SII)
Luego de instalarle el nuevo OS comencé a explorar cómo funcionaba el pequeño. Por haber trabajado sólo con iPhones antes de éste me costó un poco adaptarme a la forma en que se hacen las cosas con el Android. Y luego de tres semanas tengo algunas conclusiones sobre las diferencias que veo entre ambos tipos de teléfono.
Mi opinión, claro, no es la de una experta en tecnología o software móvil ni la de una desarrolladora con superpoderes para manejar los aparatos a punta de programación. Soy una usuaria que disfruta explorando todas las opciones de los aparaticos con pantalla. Así he sido desde que tuve mi primer Tamagotchi y me molesté porque alguien lo activó en mi lugar y no pude ver la pantalla de inicio.
1. La cámara
El iPhone 4, que sería el equivalente a este Samsung, sin duda tiene una cámara mucho mejor y las aplicaciones para iOS me da la impresión de que tienen mejor rendimiento a la hora de usarla. Así que mi primera conclusión personal es que para producir contenido audiovisual el iPhone 4S es la mejor opción de smartphone en el mercado. Si alguno conoce un modelo de smartphone con Android que le haga competencia en esa parte (¿el Galaxy SIII o el más reciente Nexus, quizá?) sería interesante conocerlo para seguirle la pista.
2. Widgets
La segunda diferencia va ligada al hecho de que para mí tener un teléfono inteligente significa dejar de cargar el computador portátil en la maleta. Es una herramienta para hacer mil cosas además de enviar correos electrónicos y tweets. Quizá no sea el reemplazo más cómodo de un laptop (eso sería un tablet), pero sí es el más práctico.
Entonces, del Galaxy SII me gustan dos cosas que el iPhone no tiene: la pantalla grande que es más cómoda para trabajar y los widgets que Android te deja instalar en la pantalla, herramientas de acceso rápido a las funciones que necesites de algunas aplicaciones. Así que ahora tengo widgets de Flipboard, Evernote, Gmail, Reader, Google Drive… en alguna de las 7 pantallas de mi teléfono.
3. Personalización y control
Otra gran ventaja de los teléfonos con Android es el acceso a la personalización del teléfono y control de casi todas sus funciones para mejorar el rendimiento. Claro, ese control requiere de horas «cacharreando» y probando las opciones de todos los menús, pero al final se consigue administrar casi cualquier función del teléfono. Incluso si es una opción para la que no existe acceso en el menú (como silenciar el obturador de la cámara) es fácil encontrar tutoriales en línea para lograrlo.
Hacer rendir la bateríá, cambiar los tonos del teléfono
4. Aplicaciones
En mi opinión sigue siendo cierto que las aplicaciones desarrolladas para iPhone lucen mucho más bonitas, aunque el número de usuarios de Android haya aumentado un montón y Google Play se haya vuelto una versión más prolija del mercado de aplicaciones. Tengo la impresión de que es más difícil encontrar aplicaciones gratuitas hermosas y geniales para este Android de lo que era para el iPhone.
Y eso sucede no sólo porque las que están mejor hechas son de pago, si no porque además muchas de ellas no están disponibles para todos los dispositivos. Sólo Monesvol sabe lo mucho que detesto cuando me sale este mensaje:
Así que bueno, aún siento nostalgia por las aplicaciones de iOS en lo que al iPhone se refiere. Sin embargo he encontrado unas muy buenas para Android y en total ya tengo instaladas 127 aplicaciones en 16 categorías. La foto lleva al board en Pinterest que creé con todas las apps de cada categoría, por si les provoca probar alguna.